miércoles, 11 de agosto de 2010

LOS KURDOS, FACTOR CRÍTICO PARA REDIBUJAR EL ORIENTE MEDIO POST-COLONIAL

Pero la lucha kurda sigue contra viento y marea, con una fuerza impresionante, alimentada por cada una de las comunidades del Kurdistán; una lucha que es multifacética, por una parte contra el Estado colonial, pero también están las expresiones más consecuentes del movimiento que no se contentan como las expresiones “moderadas” con acomodarse en el sistema colonial ni con arrimarse al imperialismo, ni mucho menos, con aceptar al pueblo kurdo como meros peones para obtener privilegios espurios. En la resistencia kurda hay un importante componente socialista y democrático radical, que lucha contra las fuerzas imperialistas que sustentan a los Estados coloniales, y que, de igual manera, lucha contra la misma clase feudal de ricos terratenientes kurdos que han sido aliados claves de los Estados coloniales y que han amasado enormes riquezas con la opresión del Kurdistán.

Esta lucha, adquirió un carácter completamente nuevo con la formación del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, PKK (Partiya Karkerên Kurdistan) en 1978. Bajo la dirección de Abdullah Öcalan (en la foto), en 1984 inició una guerra de liberación en contra del Estado turco[1], la cual insertó claramente principios socialistas, de democracia radical y de liberación de la mujer. Con este movimiento, la resistencia kurda adquirió una madurez política de la que jamás antes había gozado y la cuestión kurda se convirtió en un asunto obligado en la agenda política de la región, mucho más allá de las fronteras kurdas. Además, la fundación del PKK separó la paja del trigo, y evidenció a los nacionalistas kurdos de sello burgués o tribal (los obscurantistas como les denominaban) que no entendían la cuestión kurda como otra cosa que la conformación de un nuevo feudo personal y privado.
Las implicancias del avance del movimiento kurdo no son difíciles de predecir: el triunfo de las reivindicaciones históricas de los kurdos modificarían radicalmente el Medio Oriente post-colonial y su impacto alteraría los balances de fuerzas intra-regionales y de la región con el imperialismo; afectaría a los regímenes autocráticos y medievales aliados de EEUU como Jordania y Arabia Saudita, a los regímenes totalitarios de Turquía, Irán y Siria, afectaría el frágil equilibrio logrado en el Irak ocupado militarmente, y tendría un impacto decisivo ante la cuestión Palestina. Sean cuáles sean sus alcances, es indudable que su efecto en la región sería profundo.
Los kurdos son concientes de ello, como lo aclara un documento del PKK:
“El objetivo de este movimiento [ed. del PKK en sus orígenes] era el establecimiento de una Unión Socialista del Oriente Medio, y el primer paso para esta unión sería terminar con la opresión de los kurdos en los cuatro países donde se encuentra su territorio. Para Kemal Pir, un cofundador turco del PKK, era evidente en ese momento que ‘la Revolución en Turquía llegará vía Kurdistán’
(…) Sin embargo, el Nuevo Orden Mundial no hizo que el PKK abandonara este objetivo original, reduciéndolo a meros derechos culturales y nacionales para los kurdos en la comunidad de Estados del Oriente Medio. Lo que realmente interesa a Ocalan es dejar las fronteras de los Estados del Medio Oriente inalteradas, a la vez que se redefine de manera radical el contenido de las comunidades (polis) que éstas delimitan”

http://www.elciudadano.cl/2010/08/08/la-cuestion-kurda-y-la-estrategia-imperialista-en-medio-oriente/

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